
Jamil nació en Baku la capital de Azerbaijan en 1980, un país que independizó de la URSS en 1992, y que hace frontera al sur con Irán y al norte con Rusia. Una zona de grandes bellezas y contrastes naturales, de petróleo y de transformación.
Ahora tiene 28 años y desde 2006 comenzó un periplo particular. Se marcó una lista secreta de aquellas cosas que le gustaría hacer. Eso que tantas veces a hacemos y casi nunca cumplimos.
El decidió intentarlo. Al principio incluyó 10 puntos de lo que consideraba que eran las sensaciones más extremas que podía encontrar en la tierra, que fue ampliando. Un listado que comenzó a cumplir con su primer "viaje loco" que le llevó a saltar en paracaídas, luego llegaría el vuelo en un avión militar a 900 kilómetros por hora, el esquí de montaña, y otros deportes de riesgo como el snow, submarinismo, lanzarse de una torre con una cinta elástica, visitar ciudades como Kazantip en Ucrania y que considera uno de los mejores lugares del mundo para divertirse, similar a Ibiza en pleno delirio trance, a donde también ha ido, tachando poco a poco su lista de deberes placenteros, estar en Bangkok, a la que considera la ciudad más disoluta...
Y por supuesto, como explica Jamil no podía faltar en su "to do list" correr el encierro en Pamplona. "Una vez viendo la televisión, contemplé esa maravillosa acción y me quedé fascinado por el valor de los participantes. Me di cuenta de que debería ir". Y, al menos una vez, sentirlo. ¿Sería tan potente como romper la barrera del sonido?
El pasado día 8 llegó a Pamplona con dos amigos y el momento llegó el día 9 en la cuesta de Santo Domingo. "Todo fue fantástico. El ambiente, la vieja ciudad, el entusiasmo de la gente y, claro, los toros... Unos agresivos animales frente a los que estás totalmente indefenso". Y donde realmente dependes de tu propia agilidad.
Jamil corrió en Santo Domingo un día de toros rápidos, en los que no era fácil mantener el ritmo. Y desde Baku ha cambiado su historia y una foto por la imágenes de una carrera. Hay un mundo de corredores y cada uno tiene sus motivos. Gracias Jamil!