Minx

El viejo inglés no tenía una palabra positiva para designar a las mujeres que pensaban por su cuenta y decidían buscarse la vida. Seguro que algunas mascaban tabaco y bebían licores fuertes. Eran las minx, que a pesar de revindicar el término como liberador, no gozaban de buena fama. De hecho el diccionario las condena como casquivanas y poco de fiar.

Todo lo contrario: simplemente tenían iniciativa y les gustaba hacer las cosas a su manera. Si quieres conocer el universo de estas chicas decididas pasa por la calle Pozo Blanco y entra en Minx. Allá encontrarás arte, libros, ropas y zapatos como piruletas.
Y a María y a su socia (no que no está en la foto, ya me vale de chupar cámara y vasitos de cerveza). María sí. Una minx que ya la hubiese querido la época victoriana.