lunes, 3 de marzo de 2008

NUEVA TEMPORADA: HUGO CANOILAS


Ya se ha abierto la nueva temporada expositiva del Centro Huarte de Arte Contemporáneo y son pocas las excusas válidas para no ir: no sirve eso de decir que está lejos, porque sentado en el autobús número 4, solo hay que dejarse caer cuesta abajo mirando perezoso tiendas, casas, huertas y la curva de un río. Tampoco hay que escudarse en que la hipoteca ha subido porque la entrada es gratis y los tres pisos del Centro permiten, con sus propios viajes y sugerencias, esconderse de la prisa y ahorrar en otros vicios afectados por subidas más altas que las del IPC. Ni vale alejarse temiendo la incomprensión, porque no se trata de un examen, sino del placer, del dolor o de la curiosidad de encontrarse con propuestas que hablan de violencia, de celos, de pasiones, de soledad y compañía virtual, de lo frío, de lo ajeno, de la lucha social, de diferentes formas de utilizar los lenguajes de los medios y del cine, del color, de lo grande, de lo mínimo, de lo efímero, de la ondulación del papel, de sus crujidos, de los gritos de bocas que se abren en luz de la pared...



El pasado viernes se celebró la fiesta inaugural: hubo muchos amigos, canapés y vino, música, saludos y cruces por las diferentes salas, que mira que son grandes, escaleras arriba y abajo, oscuridad y proyecciones, para terminar en el tercer piso donde se dan la mano la luz y las tinieblas en un golpe brutal de colorido y formas. Y como muchas de las fotografías pertenecen al ámbito de lo etílicamente privado de la post-inauguración dejo aquí un enlace donde podrán verse y descargarse. Sobre todo porque es una obra colectiva, ya que la cámara pasó de mano en mano y se detuvo más en unos sitios que en otros.Pincha aquí


Aprovecho, sin embargo, para empezar un paseo por el Centro en el último piso, cubierto completamente con el mural del artista portugués Hugo Canoilas. Además de una sucesión de hombres desnudos detenidos en el acto que precede al asesinato, monumentales en su tensión violenta, se esconden delicados detalles que recuerdan la pintura obsesiva y detallista del renacimiento flamenco, alemán o los trazos luminosos de un Fra Angelico nada inocente. Y mientras en la noche sobrevuela un caza, un soldado en llamas huye de las entrañas de un volcán o un elefante agita su trompa como una amenaza. ¿Qué no has encontrado el elefante? Eso quiere decir que tienes que volver.

1 comentario:

Mermeladica dijo...

Si falta el enlace a las fotos. A esta mermelada empieza a salirle moho...A ver si luego en un ratín subo las fotos a una galería. Y si alguien tiene más y seguro que más interesante y se anima a pasarlas...