domingo, 13 de enero de 2008
FALTA UNA COLUMNA
El mundo está lleno de columnas. Reales, virtuales, rosas, amarillas, moradas, honestas, autocomplacientes, decorativas, de pago, de descuento, de desecho, de rabia, de derecho, de populismo, de poder, de ignorancia, de placer, de tripas, de sentido, de pura necesidad, de ladrillo cara vista, de metal bruñido, encofradas...
Cuidado a la hora de eleminarlas, por mucho que proliferen, quién sabe cual de ellas no es un muro de carga. Quien la retire se arriesga a ser aplastado bajo el peso de los escombros, aunque intente que sean otros quienes limpien los cascotes.
Por eso hay que devolver esta columna al edificio social y que se multiplique como una plaga bíblica de tal magnitud que convierta el SIDA o el ébola en un resfriado de fin de semana. No vaya a ser que sea la que desencadene la catastrofe
y ese precario techo de algo similar a la libertad que nos protege de los malos vientos solares se derrumbe sobre nuestras cabezas.
Así que el texto que sigue tiene copyleft, puede pegarse en cualquier lugar y plaza pública y ponerle un bonito link a la página en la que participa su autor Patxi Irurzun, un callejero perro verde con el mayor pedrigrí que se pueda imaginar. Tres guaus a tu salud!
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¿Censura?
La columna debía haber aparecido el viernes 11 de diciembre en el diario ADN (edición Pamplona), pero la noche anterior recibí un correo electrónico de la directora de
dicho periódico en el que decía (en dos líneas) que, como vería, había
sido sustituida por otra (deEspido Freire ) y que ya hablaríamos
tranquilamente. Tan tranquilamente que todavía no sé nada al respecto.
A la espera de una explicación se aceptan apuestas. ¿Cuál es la palabra
prohibida: ¿polla, Diario de Navarra (empresa del mismo grupo queADN) o familia real?
Patxi Irurzun
CUTOS A CUADROS
Hay gente que dice "la gente dice que...", como si ellos no fueran gente.
Son gente no-gente muy peligrosa. Lo saben todo sobre nosotros: qué
música, qué programas de televisión, qué libros nos gustan. "A la gente
le gustaKen Follet ", dictaminan, por ejemplo, y entras a una librería
y te asustas un poco, porque solo ves los pilares de la tierra (segunda
parte), como si el mundo estuviera a medio hacer. "¿Tiene usted La
polla más grande del mundo?, le preguntas después a alguien, y te mira
igual que a un marciano en celo. "Pues no sé, nunca me la he medido",
me contestó una vez, muyatinadamente , una dependienta (si se hubiese
tratado de un dependiente simplemente sería un mentiroso). Y yo tuve
que explicarle que La polla más grande del mundo era el título de un
libro. No le revelé, eso sí, que el autor era... yo mismo. Los
escritores de culto (o sea, aquellos a los que adoran su madre y algún
amigo de esos que militan en variasoenegés ) tenemos que utilizar ese
tipo de estrategias comerciales: desenterrar nuestro libro de entre la
montaña de novedades y colocarlo a la vista; ponerle títulos
escandalosos que luego se vuelven contra ti porque en el Diario de
Navarra no te sacan o las amigas de tu madre no se atreven a pedirlo en
Gómez; o usar tu columna en el periódico para autopromocionarte.. El
caso es que hay gente a la que no le gusta lo que esa no-gente dice que
le gusta a la gente; ellos tampoco son gente. Son no-gente, pero
diferente a aquella otra no-gente peligrosa que decide qué le gusta a
la gente (los best-sellers, los reportajes sobre la casa real, las revistas con muchas fotos porque la gente no lee...); son excepciones, raritos, perros verdes, cutos a cuadros... Son, incluso, gentuza. Esta columna
va por ellos ¡Viva la gentuza! Y que la gente diga lo que quiera.
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1 comentario:
Ese es el espíritu!! Tú ya me entiendes.
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