A la izquierda en la esquina superior (a mi izquierda,jjj) aparece mi ventanita de Facebook. Ahí estoy fascinada por esa acumulación de caritas y alguna que otra sorpresa del pasado, en la que abrimos nuestra privacidad como una granada que se desgajando, tan roja y marciana. Y pensar que esto era Pamplona, la ciudad donde las persianas se bajaban cada vez que se encía la luz. Ahora los amigos pueden colgar fotos en los que hasta el jefe puede verte bailando encima de una mesa tras haber perdido los leotardos, seas él o ella. Es por supuesto un decir...
Así que disfrutemos de la línea difusa entre la realidad, la fantasía y lo tontorrón, marketineros de nosotros mismos y sobre todo tan simpáticos como en un eterno sanfermín. Hasta que nos cansemos o cambiemos los cromos. A sumar amigos!
Y para quienes quieran practicar inglés: cómo sería la vida si funcionase como Facebook. No es tan grave, hombre!
sábado, 11 de octubre de 2008
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