sábado, 1 de noviembre de 2008
AAAAAAAAHHHHHHHHHHH
Gritaba creyendo que no tenía voz. Pero bastaba con acercarse para escuchar. Hasta que apagó la transmisión porque creía que nadie atravesaba esas ondas. Cosas que pasan. Quedó el zumbido leve de la estática. Y el nombre del dominio más largo imaginable libre. Seguro que no soy la única que la echa de menos.
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