Hoy hemos felicitado a Ana que nos ha ofrecido un vino tan sutil, tan rico, tan lleno de historias y matices que emborrachaba tanto como la literatura underground. Y me he acordado de mi chica yeyé, a la que tanto echo de menos, porque han sonado rancheras de puro vinilo. Y le hubieran encantado. Por eso únicamente queda desear un feliz futuro para Ana y otro para Ane en la distancia que da el tiempo y en la cercanía que ofrece el cariño. Porque sigo siendo el rey (o la reina, que más da). Y que viva la república!
Para ver a esta rana desde otra perspectiva.
sábado, 12 de enero de 2008
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4 comentarios:
Hay que ver que rapidez, servicio expressss. Casi no me da tiempo ni de encender el ordenador. Aunque claro, Windows Vista lleva un rato para cargarse. Besos y a descansar, que el exceso de vino, aunque sea excelente, necesita reposo.
Otra vez de marcha. Da gusto esa vida disipida que llevas.
Besazos.
Guapa!!!!!Me encanta releerlo cuando el gris de la pecera aprieta...
Tu yeyé ranchera =;)
no sé por qué en el comentario anterior me sale de alias "lucía"... he puesto "chica gato"
En fin, tú (y tu blog) podéis llamarme como queráis...
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