viernes, 7 de noviembre de 2008

OTROS SE VAN

¿Al panteón de los Incas? Hay personas que se transforman en personajes. Y su ficción es tan fuerte, que les encaja como un guante, como un traje de los domingos de sastrería, como un condón de fresa... E incluso aunque sabes que todo es mentira, no te preocupa, olvidado el cartesianismo y el rigor histórico, adormilada la seriedad y el encadenamiento de causas y efectos.
Por eso, desde el más profundo ateísmo se puede adorar, con un ojo guiñado, eso si, a una diosa tan auténtica como el papel pintado. Una princesa de oropel y voz de trueno capaz de despertar a demonios que sacan la lengua al son de extraños tambores.

El altar está preparado para el sacrificio. Sobre la piedra descansa desnudo y puro un bebé. Cae el cuchillo. Se rompe la noche.

No importa que sea un Nenuco manchado con tempera roja. No importa que el sonido sea de un viejo disco que hace saltar la aguja. No importa que la selva sea de recortable. No importa que la sangre bebida sea granadina. Yma Sumac ha muerto. Y sin rito no se puede despedir a una diosa. Menuda falta de educación!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muac muac muac.

Ese punto tuyo escribiendo es increible.

Anónimo dijo...

Por qué el condón de fresa? Apetencias personales?