EL CAPULLOMETRO ECHA HUMO

Hoy los toros de Miura han sido buena gente como es su costumbre. Han corrido con los cuernos bien altos, luciendo lo que tienen, sin preocuparse de los olores extraños que subían del suelo, de los muchos mozos previos al encierro, que a la hora de verdad tampoco son tantos. Ni siquiera entre resbalones y cuerpos de fin de semana ha habido opción al puntazo. Llevan sus astazas como una abuelita que sale de la peluquería y no quiere estropear el cardado. Solo por eso se merecen el indulto, subir de nuevo al camión para que, orgullosas, sobresalgan esas puntas tan cuidadas. Qué le vamos a hacer!
Por desgracia, ampliando como siempre bastante, hay gente que no se merece animales tan majetones y noblotes. Por que una cosa es que quieran lucir guapos y otra que les haga gracia que cualquier capullo les ponga la mano en el lomo. Un poco más de respeto.